
El caserón ubicado en la esquina de Don Bosco y Ramona Paez, considerado uno de los fundacionales de Uribelarrea, fue construído en 1904 por Don Ramón Espina, un asturiano que en 1899 dejó su tierra natal y al llegar a Buenos Aires conoció a quien iba a ser su compañera para toda la vida, Doña Catalina del Río. Sabidos de la oportunidad de comprar tierras en la naciente Colonia Agrícola – fundada el 18 de diciembre de 1890 por quien fuera dueño de estas tierras, Don Miguel Nemesio de Uribelarrea- compraron un terreno y construyeron la casa familiar donde criaron a sus cuatro hijos. Allí Don Espina instaló en 1915 la Carpintería del poblado, en donde desplegó sus habilidades de carpintero y herrero: de su taller salían carros y sulkies, y herramientas y aplicaciones de madera para la incipiente actividad agrícola ganadera de la Colonia. Su trabajo artesano también produjo muchos muebles que hacían a la vida cotidiana de aquellos primeros colonos, y se mantuvo en actividad hasta la década del ’70.